La nomofobia y la absurda dependencia al teléfono móvil

La nomofobia y la absurda dependencia al teléfono móvil. Artículo del Blog de Yolanda Morales Pereira. www.yolandamorales.es

Antropología, Motivación, Gestión del talento, Yolanda Morales, Educación, Mindfulness, Coaching, Biodanza, Bioexpresión, Vacaciones Alternativas

Vives en un mundo en el que buscas desconectar constantemente de tu monótona vida. Cada día representas papeles aprendidos, como un autómata que no quiere hacerse responsable de su propio caminar. Ansías la llegada del fin de semana, esa panacea que te permite escapar de la rutina diaria. Y la tarde del domingo, te recuerda que el fatídico lunes te está acechando y con él, tu cruda realidad. 

Trabajas toda la semana esperando a que sea viernes por la tarde, así una semana tras otra… Y el viernes llega y también el sábado, y el domingo, y el lunes… y van pasando los días como si vivieras en una misma película que siempre se repite. Como si te encontraras en ese sueño de la marmota donde hagas lo que hagas da lo mismo. Porque el lunes vuelve a aparecer, y con él la condena de la rutina del paso incesante de la vida.

Recuerdo a aquel compañero que cada lunes al llegar siempre repetía: ya queda menos para el viernes... Clic para tuitear

Pasan los días y esperas que lleguen las vacaciones para poder desconectar y olvidar el presente… Y las vacaciones también terminan y con ellas, vuelven otros once meses de trabajo. Así vives esperando poder vivir, un año tras otro, hasta que poco a poco te acercas a la jubilación.

Siempre escapando del día a día, huyendo de tu propia realidad. Una vida hecha por efímeros instantes, a los que quieras o no, sólo tú puedes aportarles algún sentido.

¿Qué sentido tiene la vida para ti?

Vas sin saber ni siquiera por donde estás pisando y te encuentras con personas desde la más absoluta ausencia. Y es que aunque buscas constantemente desconectar, lo cierto es que vives desconectado de tu aquí y ahora. Porque aunque no seas consciente, lo cierto es que estás habitando un presente del que te encuentras radicalmente separado. 

Caminas mirando tu teléfono móvil, sin alzar tu mirada y sin ver absolutamente nada de lo que te rodea. Estás en reuniones donde te sumerges en esa mágica pantalla al mundo virtual, en lugar de descubrir lo que puede ofrecerte quienes te acompañen. Y ya en casa, el pánico a la soledad te hunde en el océano de Internet, en compañía de tus amigos virtuales. 

Y un buen día, te descubres acompañado de ese teléfono móvil, registrando y mostrando cada instante de tu existir. Ese ser omnipresente que ya no te deja disfrutar de una charla, de una mirada o de un simple paseo. 

Pasan los días y vives desconectado de tu ser, olvidándote de ti mismo. Clic para tuitear

Ahora las experiencias ya no son para experimentarlas, sino que además hay que enseñarlas en las redes sociales. Y parece que las has vivido más o menos según los «me gusta» de tus ciberamigos…

¿Eres consciente de tu dependencia al teléfono móvil?

Tú que no eres más que un ser insignificante, te imaginas alguien importante por estar comunicado veinticuatro horas. Y das valor a la realidad de tu pantalla, mientras que caminas sin ver y sin que te vean. 

Te has creído un personaje de la prensa del corazón que muestra públicamente lo que va viviendo. Incluso has confundido tener más amigos con ser más o menos conocido en las redes sociales. Aunque en realidad, la única amistad que te acompaña la mayor parte de las veces, es la de tu soledad.

Cuando llega la noche, la dependencia a tu teléfono, hace que tu última mirada vaya dirigida a tu «gran amigo». Y en la compañía de tu soledad, navegas por el espacio virtual buscando a alguien que se sienta como tú. Alguien que quiera entretenerse para no ser consciente del vacío de su corazón

Has creado una necesidad en el hecho de vivir enganchado y así, todo son justificaciones para no cambiar. Y vas inoculando el virus de la dependencia a los más pequeños, incluso desde el mismo momento en que nacen. 

¿Qué sentido tiene estar conectados a un teléfono móvil y vivir desconectados de nosotros mismos? Clic para tuitear

¿Qué relaciones personales estamos creando?

Pero puede que sea oportuno tomar conciencia y pararte para ver más allá del mundo que te muestra tu teléfono. Puede que así, observes a bebés absortos e inmóviles frente a una pantalla. A familias cuya conversación está controlada por los mensajes o llamadas que constantemente pueden interrumpir. Porque para mí, aunque a lo mejor para ti no, es muy triste descubrir el lugar privilegiado que han ocupado los móviles, hasta en la propia mesa…

¿A qué lado de la mesa va el teléfono? ¿Al del tenedor o al del cuchillo?... Clic para tuitear

Ten presente como se está alineando a los más pequeños desde su más tierna infancia para que no hagan ruido, para que no se muevan, para que no molesten… Pero después, los adultos se quejan de la dependencia de los niños en el uso de las «maquinitas» y de que ya ni siquiera saben jugar ni relacionarse con otros niños…

¿Acaso los adultos no estamos haciendo lo mismo? ¿Y si te dieras cuenta de que usando el móvil más de ocho horas al día estás siendo presa de una absurda dependencia? Quizá te da pánico reconocerlo, pero ciertamente cada día estás más desconectado de ti mismo y de todo lo que te rodea. 

Te lanzo varias preguntas por si te atreves a contestártelas: ¿Puedes vivir sin utilizar un día tu teléfono? ¿Puedes dejarlo en tu casa o apagarlo y simplemente volver a recordar el placer de caminar o de charlar con alguien sin interrupciones? ¿Puedes salir sin llevar el teléfono móvil contigo? ¿Realmente te crees tan importante que tienes siempre que estar conectado virtualmente al mundo para estar desconectado de ti y de tu realidad?

¿Cuántas veces miras tu teléfono móvil en una simple e insignificante hora de un día cualquiera? Clic para tuitear

Párate y piensa unos instantes…

No sé tú, pero yo desde luego me he dado cuenta de que todo esto de la conexión, hasta para ir al baño, no tiene ningún sentido. Ha llegado un punto en el que parecemos robots que caminamos juntos, pero sin estar verdaderamente juntos. 

Pero yo hoy he decidido volver a sentir la libertad de caminar o de charlar sin la interrupción de ese objeto que parece tan imprescindible. Quiero dedicar tiempo a lo que realmente me interesa, a las personas a las que quiero y a disfrutar del silencio de la conexión conmigo misma. Hoy dejaré en casa el teléfono, a ver si realmente es tan necesario como pensamos.. 

No tiene sentido esta absurda dependencia a un objeto que en lugar de facilitarnos la vida lo que está creando es cada vez a personas más y más enganchadas. Personas que sienten pánico a no tener su teléfono o a quedarse sin batería… No tiene sentido, o al menos no lo tiene para mí, aunque puede que para ti si lo tenga…

¿Te atreves a dejar por unas horas el teléfono móvil en casa y volver a disfrutar del placer de simplemente pasear? Clic para tuitear



Te invito a que tomes conciencia de como te relacionas en tu día a día, de como has dejado de estar en ti y en las personas que te rodean por estar pendiente de un teléfono móvil. Ya sé que en el fondo, la mayor parte de la población de nuestra sociedad occidental sufre alguna dependencia, pero lo que te propongo es que simplemente te des cuenta porque ya sabes que ese es el primer paso hacia tu propia libertad.

 

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15 Comments

  1. Mercedes Fijo Martínez dice:

    Muchas gracias Yolanda!! Una realidad q solo con la reflexión podremos considerar y cambiar. Un artículo de gran valor!!!

    • Gracias a ti Mercedes por estar ahí y por tener en cuenta como tú bien dices, que a partir de que tomemos conciencia y reflexionemos del uso excesivo que le damos al teléfono móvil y de la dependencia que tenemos de él, como podemos cambiar los hábitos de uso y quizás empezar a ser un poquito más libres. Un abrazote corazón

  2. Virginia dice:

    Hola Yolanda.
    No conocía el nombre «nomofobia» pero si el concepto ya que lo tenemos muy presente.
    El ejercicio de ver cuantas veces miramos el móvil en una franja horaria «por si ha pasado algo» nos da información de cuanto dependemos de él.
    La toma de consciencia es un primer paso y podemos ver como nos hacen de espejo los niños con sus maquinitas y los adolescentes que lo llevan «incrustado» en su físico.
    Hay que reconocer y potenciar que el uso del móvil nos acerca pero también reconocer que en algunos momentos nos separa de la realidad y de los que nos rodean.
    Un abrazo

    • Comparto todo lo que dices Cristina, es alucinante cuando tomamos conciencia y vemos la de veces que podemos llegar a mirar el teléfono móvil en una simple hora… Yo estoy poniendo en práctica en casa desconectar durante varias horas, volver a salir a la calle sin el teléfono móvil y por supuesto no utilizarlo a no ser que sea algo necesario y dejarlo junto con las llaves (nada de ir a todos los sitios con el móvil)… por ahora siento que tengo la cabeza algo más ligera y no estoy tan aturdida como antes. Mi siguiente reto es ir ampliando las horas e incluso llegar a dejar el teléfono móvil en casa como si fuera el fijo. Poco a poco, a ver qué tal la experiencia. Un abrazo

  3. Gabriela dice:

    Hola Yolanda! Realmente cierto, creo que el celular se ha vuelto una extensión más de nuestro cuerpo a tal punto que nos sentimos mal de haberlo olvidado en casa y nos obligamos a regresar para recogerlo, esa dependencia al teléfono móvil que las personas mismas nos hemos creado por placer o por necesidad depende del uso que se le da a ese aparato, es lo que nos ha llevado a muchas veces sentirnos alejados de nuestros seres cercanos, para explicarme mejor, vamos a una reunión familiar o de amigos y lo primero que dejamos en la mesa a la mano es el móvil y de rato en rato lo tomamos para ver que hacen otras personas que están lejos olvidándonos de las que tenemos al lado.

    La tecnología llego a este mundo para mejorarnos la vida y ayudarnos a progresar pero creo que debemos tener cuidado porque esa misma tecnología nos puede hacer perder el sentido de crear buenas relaciones personales.
    Abrazos!

    • Uf Gabriela, la verdad es que me fastidia muchísimo que el teléfono móvil se haya convertido en una extensión de nuestra casa y que le demos la misma importancia a llevar el teléfono móvil que ha llevar las llaves… no sé, creo que se nos ha ido un poco la cabeza con esta dependencia del móvil tan excesiva que no hace más que cada día estemos mucho más dispersos.

  4. Mar Pedreira dice:

    Fantástico post, es la cruda realidad y yo lo veo día a día, me he propuesto dejar el móvil para ir a pasear y lo único que encuentro son personas agarradas a su teléfono como si fuese su alma, no puedes hablar con nadie que no tenga menos de 80 años, muy triste, solo espero que nos demos cuenta y recapacitemos. Un saludo.

    • Bueno Mar, ya has dado un gran paso. Yo también he vuelto a pasear sin llevar el teléfono móvil y es curioso cuando de repente tomas conciencia de la gran dependencia que tenemos a ese «aparatito» porque la primera vez que lo haces parece que se te ha olvidado algo importantísimo… Bueno, poco a poco a ver si vamos dándonos cuenta de que no tiene demasiado sentido estar conectados del mundo virtual las 24 horas y sin embargo no estar conectados con nosotros ni 5 minutos. Un abrazo y gracias por tu aportación

  5. Nadia Argote dice:

    Hola! Es un tema muy interesante, es increíble la cantidad de horas que pasamos pegados al teléfono y en ocasiones se pierde tiempo valioso para hacer otras cosas o compartir en familia. Tomar conciencia y la decisión de ir dejando esa dependencia a los aparatos eléctricos. ¡Excelente reflexión!

    • Cierto Nadia, cuando de pronto tomamos conciencia de la cantidad de horas que pasamos mirando la pantallita del teléfono móvil, es cuando nos damos cuenta de la gran dependencia que podemos llegar a tener. Dar un paseo sin tener que llevar el dichoso aparato parece ya que es algo imposible, cuando en realidad no estamos en ninguna cárcel de la que no podamos salir y somos libres para dejarlo en casa sin que pase absolutamente nada. Gracias por tu participación

  6. resi dice:

    Hola guapa, creo que soy bastante consciente de mi dependencia del movil pero a dia de hoy los que tenemos blog y las demas redes sociales no tenemos mas remedio que estar en todos lados y dedicarle tiempo, ya sea al movil o al ordenador, lo que sea… ya no se si es por gusto o placer pero tener presencia en las redes asi te lo exige! besos

    • Estoy contigo Resi en que quienes tenemos blog y redes sociales le dedicamos más tiempo al mundo virtual, pero yo por mi parte creo que no es necesario estar en todos lados para dedicarle tiempo, que es necesario tener un horario tanto de conexión como de desconexión, porque estar constantemente presente es algo que no creo que nos lo exija las redes sino nosotros. Así que yo desde luego no estoy constantemente conectada y prefiero dedicar tiempo para estar en el mundo físico y dejar a un lado el virtual. Un abrazo y gracias por tu reflexión

  7. Mi meta, tu salud. Carolina dice:

    ¡Hola!
    Admito que al empezar a leerte me he «deprimido» un poco. Vamos, es que si analizamos así la vida, es un poco triste ¿verdad? Pero cierto es que si no ponemos de nuestra parte, sí, se basa en eso. En una monotonía imposible de romper si no nos ponemos manos a la obra.
    Por otro lado el tema de los móviles es realmente preocupante. Cierto es que lo uso mucho por temas laborales y como no para el tema de mi blog, y que me es indispensable para mi día a día, pero obvio que sé donde están los límites.
    Es decir, para mí es una herramienta, pero no es un apéndice de mi persona ni de mi vida, como a muchos les pasa. Solo es necesario fijarnos por la calle, en cafeterías o restaurantes, lo mucho que están pegadas las personas a las pantallas.
    Besotes

    • Bueno Carolina, mi intención no era ni mucho menos deprimirnos, sino simplemente invitarnos a reflexionar sobre lo que a veces considero un uso abusivo del móvil y desde luego una dependencia que hace que estemos cada cinco minutos mirando una pantalla como si se fuera a terminar el mundo… Gracias por tu comentario y un abrazote

  8. Irónicamente, de esto va el último capítulo de los Simpson que pude ver. Todavía no he visto el del pasado fin de semana (salen los domingos en EE.UU., y me los veo en inglés). Marge cree que toda la familia está enganchada a las pantallas e impone una especie de dieta «detox» de pantallas: media hora cada día. Sorprendentemente, a la única que le sienta mal y le cuesta cumplir es a ella.

    En cuanto a lo que dices, para muchas personas ese cacharrito es su única fuente de conexión con el mundo y algunos de sus pobladores. En casos así comprendo que se genere dependencia. Para otras cosas, es simplemente que se han hecho muy convenientes: el reloj, la calculadora, el mando a distancia de tus aparatos (sí, algunos teléfonos vienen con la función de mando universal), la tarjeta de crédito auxiliar (sí, algunos móviles tienen la misma función contactless que las tarjetas), mapa con ubicación en tiempo real, brújula, pronóstico del clima, radio-MP3… Y suma y sigue.

    Quizás es que somos muy rápidos a la hora de adoptar comodidades, y no muy proclives a tomarnos el tiempo necesario para analizar lo que conllevan…

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